Entrevista Diario SUR Los territorios del sueño 19.09.99

JOSÉ MELERO. ESCRITOR
"Me lancé a escribir porque ya no me bastaba con la lectura"
HÉCTOR MÁRQUEZ, Málaga

Un jurado decidió, a primeros de septiembre, concederle el Premio de la Creación, que convoca la Junta de Extremadura, por su novela Los territorios del sueño. José Melero Martín (Málaga, 1960), psicólogo y pedagogo, se lanzó a escribir hace siete años como un caballo desbocado, aprendiendo a base de cuartillas y excesos. Le salió una novela de novelas. Pero la guardó tras oír las criticas de los amigos. Entre medias, se presentó a un premio de relatos, el Felipe Trigo, y ganó un accésit. Siguió apretando. Decidió tensar el arco. Hizo un tiro y diana.
Pregunta. Su novela se ambienta en Egipto. ¿En plan Terenci Moix?
Respuesta. No, no, para nada. Hace años visité ese país y me enamoró. Es una mezcla de géneros, con elementos simbólicos, cosmológicos y metafóricos o Por una parte es una novela psicológica y también se mezcla con el género fantástico. Intenté hacer un estudio sobre la locura de un personaje.
P. Lo suyo es una sorpresa, Nadie le conocía en el ambiente Literario.
R. La mayoría de los escritores malagueños sabe quién soy y me ha tratado siempre con amabilidad. He estado entre los escritores en la sombra, ahora espero que sea otra cosa.
P. Y el gusanillo le entró de pronto.
R. De pequeñito me convertí en un lector compulsivo. Llegó un momento donde ya no me bastaba con la lectura y tuve la necesidad de ponerme a escribir.
P. Y le salió una novela del tirón...
R. Yo no tenía ni la más remota idea de cómo hacerlo. No tenía ni tengo más escuela que levantarme un día y otro y tirarme varias horas. La primera novela fue muy bestia, como un metraje en bruto. Un libro sobre libros. A nadie le gusta el título, pero no puede tener otro: Nomenclatura Borghini para los dedos de los pies.
P. Usted trabaja con adolescentes. Tiene un libro editado sobre violencia y conflictividad escolar. Y no es optimista.
R. ¿Y cómo? La secundaria va a explotar. A la enseñanza pública se la han cargado. La obligatoriedad hasta los 16 años es perniciosa. Antes, los individuos que no querían estudiar se iban y se buscaban la vida. Pero ahora están a disgusto y por la fuerza. Y es un profesor sólo el que se enfrenta a toda esa frustración.
P. También critica la promoción automática.
R. Ahora resulta que aunque tengas diez suspensos pasas de curso. Si no hay límites, si se carece de un mínimo control, si no hay sanciones... qué capacidad tenemos para regular. Ahora un alumno le rompe la cara a un profesor y a las tres semanas vuelve a clase. Somos una generación culpable con los niños y ahí están los resultados. El nivel escolar, bajo mínimos; la figura del profesor denigrada y los padres, sin saber cómo imponer autoridad.